Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito 1Co 1:10
Deje de tratar de ganar las discusiones.
En su lugar, haga su meta el amar a los que no están de acuerdo con usted. Hágalo por amor, no para ganar. Jesús nos dice que el amor siempre ganará; él garantizó eso cuando dejó la tumba. Cuando usted se vea en una discusión con otros creyentes, use esta guía bíblica para llevarse bien:
1. Permite que la misericordia guíe tu respuesta (Pr 3:3-6). En un conflicto, la mayoría de nosotros dice que solo quiere lo que es justo, pero el método de Dios no es acerca de lo que es justo sino, el de la gracia y la misericordia (Ro 5:8).
2. Deja que Dios determine la verdad (2Co 13:8). La verdad no la determina ni sus pensamientos, ni los sentimientos (1Jn 4:1) ni las opiniones de los demás. La verdad es lo que Dios dice que es; Él es la única autoridad para interpretar cualquier situación (2Co 10.5).
3. Apóyate en la presencia de Dios en ti (Mt 28:20). Satanás quiere que creamos que estamos solos en la batalla. Simón Pedro ofrece un modelo de lo que es pelear solo: él usa palabras tempestuosas, espadas, maldiciones y mentiras, todo en un intento desesperado de defenderse por su cuenta; peleó como un hombre desesperado de Dios (Mt 26:52). Pero debemos seguir el ejemplo de David, el joven pastor de ovejas, que creyó que Dios estaba en la pelea y que la batalla le pertenecía al Señor.
4. Apóyate en la mente de Cristo (1Co 2:15-16). La Biblia dice que no debemos confiar en nuestra inteligencia (Pr 3:5); lo que parece ser correcto para nosotros, tal vez esté equivocado (Pr 14:12)
5. Busca la verdadera fuente de conflictos (Ef 6:12). De acuerdo a la Biblia, realmente no estamos peleando contra otra persona, nuestro enemigo verdadero es Satanás y sus fuerzas espirituales malignas.
6. Pon a un lado las armas humanas (2Co 10:4-5). Cuando procuramos satisfacer nuestras necesidades, trabajamos independientemente de Dios, tenemos la tendencia de usar lo que Pablo llamó las armas del mundo. Esto incluye: manipulación, chisme, calumnia, ridículo, amenazas, culpas, quejas, decepción y silencio. Cuando usamos esto, terminamos en un ciclo de "mal por mal" y esto es como tratar de usar "la peste" para pelear con un zorrillo, ¡todos pierden!
7. Aprende a utilizar las armas espirituales (2Co 10:4). La Biblia nos dice que la oración es un arma espiritual poderosa. Después que nos pongamos toda la armadura de Dios: “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos” (Ef 6:18). Muchos cristianos nunca piensan en orar juntos cuando surge una discusión, sin embargo, la oración nos recuerda quién es Dios y quiénes somos como hijos de él. La oración pone una perspectiva eterna en cualquier discusión. El perdón es otra arma espiritual. El poder del perdón es mayor que cualquier otra cosa que el enemigo pueda usar en contra suya. Es el mandamiento de Dios, que perdonemos a los demás como nos han perdonado a nosotros (Mt 6:12).
Llevarnos bien con los demás no significa que siempre estemos de acuerdo en todo. El versículo de hoy dice: “que todos vivan en armonía”. En una orquesta, hay una gran diferencia entre unísono y armonía. Si todos los músicos tocan al unísono todo el tiempo, la música seria muy aburrida. La armonía es lo que embellece la música, con instrumentistas diferentes tocando instrumentos diferentes y notas diferentes, pero todo bajo la dirección de un director. La meta de cada músico no es tocar más alto que los demás ni terminar primero la pieza, la meta es que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. Cuando esto sucede, la música es celestial.