lunes, 30 de agosto de 2010

Tema del dia 24

[Escucha y Lee]

Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza. Instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría. Col 3:16ª

Todos somos maestros de la fe.

Tal vez seamos maestros buenos o malos, pero somos maestros. Todos los días, espero, modelamos conductas bíblicas y reaccionamos con actitudes semejantes a Cristo. La Biblia nos ve como maestros y nos anima a enseñarnos unos a otros. Por escrito, a un grupo normal de creyentes, Pablo declara: “Estoy seguro de que ustedes mismo rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse unos a otros” (Ro15:14).

Algunos de nosotros estamos llevando en nuestras mentes el mito de que solo las personas dotadas y profesionales son las que pueden enseñar, pero nada pudiera estar más lejos de la verdad. Cada uno de nosotros tiene algo que ofrecer a los amigos y a las iglesias en casa. Estamos enseñando cuando comentamos nuestros conocimientos de un pasaje bíblico, cuando damos consejo basado en nuestra experiencia, cuando llamamos a la iglesia en casa para orar en tiempo de crisis. Enseñar involucra mucho más que solo relatar algunas historias de la Biblia o exponer ideas teológicas; también enseñamos cuando nos ayudamos unos a otros para saber cómo amar a un cónyuge, tomar decisiones sabias, mantener puros nuestros pensamientos, o salir de las deudas. Pablo dijo que debemos aconsejarnos unos a otros. Eso quiere decir que también debemos ser aprendices, escuchar a otros creyentes cuando nos hablan acerca de la obra de Dios en sus vidas, y observarnos unos a otros para ver cómo se ve Cristo en ustedes en otros seres humanos (Col 1:27). El rey Salomón, un hombre del que la Biblia dice que fue la persona más sabia que jamás haya vivido, dijo que era vital aprender de nuestros amigos (Pr 12:15). En Pr 15:22, Salomón escribió: Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan. En el versículo de hoy, Pablo nos da un bosquejo en cuanto a cómo podemos enseñar y aprender el uno del otro:

·   Que las palabras de Cristo vivan en su corazón. Debemos conocer la Palabra de Jesucristo antes de enseñarla. Cuando oímos, leemos, estudiamos, memorizamos meditamos en las palabras de Cristo, entonces las llevamos a nuestros corazones. Esto nos hace sabios y nos da el conocimiento que necesitamos para enseñarnos unos a otros (Ro 15:14).
·   Use la Palabra de Dios para enseñar y aconsejarse unos a otros. Lo que nos debemos enseñar unos a otros es más que solo el discernimiento humano o la experiencia. Cada vez que Pablo escribió a una congregación, desafió a los creyentes para enseñar y motivarse unos a otros con la verdad de Dios. Con mucha frecuencia llevamos nuestra atención a la sabiduría convencional del mundo cuando estamos buscando respuestas; sin embargo, es el mundo el que desesperadamente necesita la sabiduría espiritual que se encuentra en la Palabra de Dios.

Desde luego, una vez que conocemos la sabiduría de Dios, debemos aplicarla correctamente a nuestras vidas y agarrarla fuertemente para no dejarla escapar. Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar, cuídala bien, que ella es tu vida (Pr 4:13). Su iglesia en casa provee una excelente oportunidad para que cada miembro desarrolle habilidades como líder y maestro; Considere rotar la persona que presenta el comentario de cada semana, o quién enseña la clase, o rotar quién guía cierta sección de las reuniones de la iglesia en casa. Esto lo ayudará a motivar a los miembros a crecer en su fe y dones. La Biblia dice: El que esté hablando ceda la palabra. Así todos pueden profetizar por turno, para que todos reciban instrucción y aliento (1Co 14:30-31).


Las relaciones con su iglesia en casa no son por coincidencia. No es por accidente que Dios lo colocó en una iglesia en casa en particular durante estos 40 días de estudio en comunidad. Hay cosas que su grupo aprenderá solamente de usted, y cosas que usted aprenderá que solo vendrán de las personas en su iglesia en casa. ¡Qué privilegio tan increíble! El Dios del universo lo ha escogido para hablar a las vidas de sus amigos y brindarle amigos que son capaces de hablarle a su vida.