lunes, 30 de agosto de 2010

Tema del dia 27

[Escucha y Lee]

Confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Stg 5:16

El propósito de confesar no es una desgracia sino una gracia.

Cuando la Biblia usa la palabra confesar, significa literalmente "decir lo mismo". Si confesamos, estamos diciendo lo mismo que Dios dice acerca de nuestro pecado. Quiere decir que reconocemos y nos hacemos responsables de nuestros pecados. Confesamos debido a un corazón arrepentido que desea obedecer y complacer a Dios, no solo porque nos sorprendieron cometiendo alguna falta. Entonces, ¿a quién le confesamos? ¿Le confesamos a Jesús o a la gente? La respuesta es "sí". La Biblia nos enseña que debemos confesar a ambos. El apóstol Juan escribió: Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad (1Jn 1:9). El pasaje dice con claridad que solo Cristo puede perdonar nuestros pecados, y que como cristianos podemos acudir a él en cualquier momento y en cualquier lugar y el nos perdonará. También es importante notar que este perdón tiene que ver con el compañerismo, y no por ser hijos. Juan estaba escribiéndole a los creyentes acerca de lo que se debe hacer cuando se peca. En otras palabras, usted no necesita confesar su pecado para volver a entrar en la familia de Dios, usted sigue siendo un miembro de la familia. Lo que su confesión hace es restaurar su compañerismo con Dios. También debemos confesar nuestros pecados a otros. Confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz (Stg 5:16). Nótese que Santiago dice que nuestra confesión de unos a otros, es para que sean sanados, no para que nos perdonen. El perdón solo viene de Dios, pero la sanidad viene de la confesión en la comunidad. La confesión de la que habla Santiago no es el resultado de la interrogación, es el resultado de un corazón contrito que voluntariamente reconoce el pecado. Si alguien resulta culpable de alguna de estas cosas, deberá reconocer que ha pecado (Lv 5:5). Por lo tanto, ¿en qué parte de la iglesia podría suceder esto? La mayoría de las confesiones no deben llevarse a cabo en un servicio de adoración en grupo. No es normal que se haga durante una típica clase de Escuela Dominical donde el enfoque está, por lo general, en el estudio de la Biblia. El lugar en la vida de la iglesia donde existe la mejor posibilidad de practicar Stg 5:16 es una iglesia en casa. Debe suceder en un ambiente que sea seguro y esté caracterizado por un amor incondicional. La confesión y confidencialidad caminan de la mano. Las personas deben ser capaces de confiar en que lo que ellos cuenten, su confesión, no saldrá de allí. Además, la iglesia en casa debe ser un lugar de gracia. La persona jamás debe dudar si será amada y aceptada, no importa lo que diga. ¿Por qué Dios quiere que nos confesemos unos a otros? Por lo menos existen dos razones poderosas.

Primero, una cosa es leer acerca del perdón de Dios en la Biblia, y otra muy diferente es oír y sentir la gracia y el amor de Dios en las voces de sus amigos. Cuando confesamos, y todavía nuestra iglesia en casa es capaz de acogernos incondicionalmente, el amor y el perdón de Dios se hacen más tangibles.

Segundo, la confesión reduce el poder de un secreto. El principio de la sanidad es revelador. Hay algo sanador y liberador al quedar limpio mediante la confesión. También le permite a nuestro grupo acercarse a nosotros para apoyarnos y orar por nosotros en nuestras luchas.

El propósito de la confesión no es una desgracia, sino una gracia. 

El propósito de la confesión no es humillarnos, sino restaurarnos.

Por último, ¿qué debemos hacer cuando alguien nos hace una confesión?
·   Escuchar tiernamente sin tratar de minimizar la seriedad de su pecado.
·   No tratar de arreglar las cosas.
·   Estar emocionalmente presente en el momento y dolerse con la persona.
·   Afirmar el amor y el perdón de Dios.
·   Preguntar: ¿Cómo puedo apoyarte?
·   Orar por y con ellos.


Toda esta idea de la confesión puede parecer extraña e incómoda, pero es bíblica e importante para su salud espiritual. ¿Está Dios hablándole en este mismo momento acerca de algún área de su vida la cual necesita confesar?