Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno. Col 4:5-6
El amor se preocupa del destino de los demás.
El punto de comienzo es hacerlo con toda intención. Debemos decidir preocuparnos acerca del destino eterno de las personas que nos rodean. Mientras decidimos preocuparnos por los que todavía no están en la familia de Dios, invertimos el tiempo, la oración y el esfuerzo que son necesarios para alcanzarlos para Jesús. Es más fácil permanecer en silencio mientras que la gente que nos rodea vive y muere sin conocer a Cristo, pero eso también es tener falta de amor. El apóstol Pablo era un veterano alcanzando a los no creyentes porque él se preocupaba por lo que más le preocupaba a Dios: ¡las personas! En 2Ti 2:10, Pablo declara la profundidad de su amor por aquellos que todavía no pertenecen a la familia de Dios: “Así que todo lo soporto por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la gloriosa y eterna salvación que tenemos en Cristo Jesús.” .En Col 4:5-6, Pablo explica las cuatro maneras que podemos usar con toda intención para presentarle a otros a Jesús:
“Primero, dice él: compórtense sabiamente" con los que no creen en Cristo. Esto significa estar conscientes de que cada cosa que usted dice y hace es un testimonio a favor o en contra de Cristo. Si usted dice ser un seguidor de Cristo, los que no lo conocen lo estarán observando muy de cerca. Ellos quieren ver cómo actúa un creyente, cómo maneja los problemas, las irritaciones, demoras, desilusión y especialmente cómo se relaciona con los demás. ¿Su fe hace que le sonría a las personas? ¿Es usted optimista y motivador? Cuando las personas lo decepcionan, ¿es apacible o las juzga? Si está frustrado, ¿es rudo y arrogante con otros o cortés y paciente? Todas estas respuestas en cuanto a la vida son un testimonio.
Segundo, Pablo dice: aprovechando al máximo cada momento oportuno. Para sacar el mayor provecho de las oportunidades, usted debe en primer lugar estar consciente de estas. Pida a Dios que le abra los ojos a las ocasiones diarias que él le brinda para dar una simple palabra de testimonio acerca de la diferencia que Jesucristo ha hecho en su vida. Comience cada día orando: "Jesús ayúdame a ver y amar a las personas de la misma manera que tú lo haces". Luego lea los Evangelios para aprender cómo Jesús interactuaba con la gente. Para sacar el máximo de cada oportunidad se requiere vivir en una relación constante con Cristo. Hable con Él a menudo durante el día, y esto aumentara su sensibilidad a las necesidades espirituales de las personas que lo rodean. Recuerde, Dios nunca hizo a una persona que no amara. La Biblia dice: “Dios quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad” (1Ti 2:4).
Una tercera manera de alcanzar intencionalmente es asegurarnos de que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Cuando usted sabe la verdad, es una tentación sermonear y presionar el evangelio. Pero la discusión nunca sirve para llevar a alguien a la familia de Dios. Atraemos a las personas con amor. Usted nunca será persuasivo si es abrasivo. Más bien tiene que ser de noble corazón y cariñoso.
Por último, Pablo dice que estén listos y así sabrán cómo responder a cada uno. Esto requiere preparación e intención. Durante el resto de la semana estudiaremos cómo hacer esto, pero comienza con nuestra decisión de estar conscientes, preocuparnos y llevar a las personas lo que Dios ha puesto en su vida.