Nosotros somos colaboradores al servicio de Dios..1Co 3:9ª
El plan de Dios es que nosotros seamos colaboradores de Él y que cooperemos los unos con los otros para cumplir con Sus propósitos. Algo que debemos tener en relación a la colaboración es que esta se construye de partes. Como aprendimos en el día 15: Siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás (Ro 12:5), es decir, que nos pertenecemos los unos a los otros y cada uno necesita de los demás. Hemos aprendido que Dios quiere unidad en comunidad, una unidad de espíritu en la que tenemos un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento (Fil 2:2).
Nuestra diversidad es un aspecto significativo del diseño de Dios para crear esta unidad. Estamos todos unidos como cuerpo de Cristo, cada uno es una parte separada y necesaria. Cada fin semana vemos esto representado en las iglesias en casa y en los ministerios, cuando personas con diferentes talentos y habilidades se reúnen para servir a los necesitados, visitar los enfermos, los presos, los ancianos, los niños de la calle, los huérfanos, etc. . Algunas personas limpian, otras organizan, otras se preparan para enseñar, otras preparan comida; todas las personas se combinan como un solo cuerpo para hablarles a otros acerca de Jesús. ¡Muchos cristianos están haciendo un trabajo similar por todo el mundo! Es una paradoja de nuestra fe que solo encontraremos nuestro propósito único y específico en la vida cuando rendimos nuestro individualismo por el bien de muchos.
Nos volvemos un solo corazón y una sola mente con Dios y con los demás creyentes (Jn 17:21-22), y en la seguridad de esa comunidad emerge nuestro verdadero valor como individuos. Entramos en colaboración debido a la magnitud de la tarea: decirle al mundo que Dios envió a Jesús (Jn 1721). Esta es una tarea que no podríamos hacerla solos o sin Dios. Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro (Ef 4:15b-16)
Juntos nos va mejor, y este estudio de 40 días tiene la intención de ayudarnos a ver nuestra conexión y de animarnos a comenzar a trabajar juntos como una comunidad de socios interdependientes. Las personas de su iglesia en casa no se han reunido por casualidad, sin duda que la mano de Dios los ha unido para un momento como éste (Est 4:14), con las partes necesarias para que en conjunto aprendan a amar, a confraternizar, a crecer, a servir, a tener una misión y a adorar.
Esta semana en su iglesia en casa , identifiquen el punto fuerte de cada miembro, afirmen y confirmen la forma de cada uno. Este es un paso importante para trabajar juntos en su proyecto de ministerio. Al hacer hoy su diario, piense en su lugar dentro del cuerpo de Cristo, dentro de su iglesia en casa y ministerio.
Una nota de aplicación: planifique un día en el que su iglesia en casa trabaje junto a las demás iglesias en casa para hacer una visita de todos:
- al hospital,
- la cárcel,
- la calle,
- el orfanatorio,
- el asilo
- u otro lugar de necesidad,
y organicen visitas juntos para llevar
- comida,
- regalos,
- ropa,
- despensa,
- ó bien organicen un evento para dar juguetes o comida a los niños de la calle