miércoles, 16 de febrero de 2011

Tema del dia 79

[Escucha y Lee]
Equilibra tu vida


Vive con el debido sentido de responsabilidad, no como los que no conocen el significado de la vida; sino como los que lo conocen. Ef 5:15 
No dejen que los errores de personas malvadas les guíen por caminos equivocados y les hagan perder el equilibrio. 2P 3:17 


Benditos sean los equilibrados, ya que superarán a todos. 


Uno de los eventos en las Olimpíadas de verano es el pentatlón. Consta de cinco disciplinas: tiro de pistolas, esgrima, carrera y natación. La meta del atleta es ganar en las cinco áreas, no sólo en una o dos. Tu vida es un pentatlón de cinco propósitos, y debes mantenerlos en balance. Esos propósitos los practicaron los primeros cristianos en Hechos 2, los explicó Pablo en efesios 4, y los modeló Jesús en Juan 17, pero se resumen en el Gran Mandamiento y la Gran Comisión de Jesús. Estas dos declaraciones engloban todo lo que este libro es, los cinco propósitos de Dios para tu vida: 

  1. “Ama a Dios con todo tu corazón”: fuiste planeado para agradar a Dios; así que tu propósito es amar a Dios pedio de la adoración. 
  2. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”: fuiste formado para servir; así que tu propósito es mostrarles amor a los otros por medio de tu ministerio. 
  3. “Ve y haz discípulos”: fuiste hecho para una misión; así que tu propósito es compartir el mensaje de Dios por medio del evangelismo. 
  4. “Bautizándolos en...”: fuiste hecho para la familia de Dios; así que tu propósito es identificarte con tu iglesia por medio del compañerismo. 
  5. “Enseñándolos a hacer todas las cosas...”: fuiste creado para llegar a ser como Cristo; así que tu propósito es crecer en madurez por medio del discipulado. Un gran compromiso con el Gran Mandamiento y la Gran Comisión te harán un gran cristiano. 

Mantener estos cinco propósitos en equilibrio no es fácil. Todos tendemos a dar demasiada importancia a los propósitos que más nos apasionan y descuidamos los otros. Las iglesias hacen lo mismo. Pero tú puedes mantener tu vida equilibrada y seguir la pista; uniéndote a un grupo pequeño para el seguimiento, evaluando regularmente tu salud espiritual, registrando tus progresos en un diario personal, y comunicando a otros lo que has aprendido. Esas son cuatro actividades importantes para vivir una vida con propósito. Si piensas seriamente en mantenerte creciendo, necesitarás desarrollar esos hábitos. 


Habla de esto con tu compañero espiritual o grupo pequeño. 
La mejor manera de apropiarse de los principios de este libro es abordándolos con otros en el ámbito de un grupo pequeño. La Biblia dice: “El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre”. Aprendemos mejor en comunidad. Nuestras mentes se afilan y nuestra convicciones se profundizan mediante la conversación. Te insto seriamente a que te reúnas en un grupo pequeño de amigos y formes un círculo de lectura de Una Vida con Propósito para revisar estos capítulos semanalmente. Estudien las implicaciones y aplicaciones de cada capítulo. Pregúntense: “¿Qué?” y ¿Qué ahora?” ¿Qué significa esto para mí, mi familia y nuestra iglesia? ¿Qué voy a hacer con respecto a esto? Pablo dijo: “Practica lo que has aprendido”. En el Apéndice 1, hay una lista de preguntas para compartir en sesiones de grupos pequeños o en clases de Escuela Dominical. Los grupos pequeños de lectura proveen muchos beneficios, lo que un libro por sí mismo no puede. Puedes dar y recibir información acerca de lo que estás aprendiendo. Puedes discutir ejemplos de la vida real. Puedes orar, animar y ayudar a otros que, como tú, han comenzado a vivir esos propósitos. Recuerda, estamos diseñados para crecer juntos, no separados. La Biblia dice: “anímense y fortalézcanse unos a otros”. Después de haber ido a través de este libro juntos, con un grupo, puedes continuar con el estudio de Una Vida con Propósito que ya está disponible para clases y grupos. También te animo a que hagas un estudio personal de la Biblia. Tengo más de mil notas finales de las Escrituras usadas en este libro para ti, para que estudies su contexto. Para poder mantener estos capítulos en una medida de lectura diaria razonable, no pude explicar el fascinante contexto de la mayoría de los versículos usados. Pero la Biblia se debería estudiar por párrafos, capítulos y hasta por libros enteros. Mi libro Métodos para el Estudio dinámico de la Biblia te enseñará cómo puedes hacer estos estudios bíblicos inductivos. 


Evalúa tu vida espiritual con regularidad. 
La mejor manera de equilibrar los cinco propósitos en tu vida es evaluándote periódicamente. Dios le da un alto valor al hábito de auto evaluación. Por lo menos cinco veces en la Escritura se nos dice que probemos y examinemos nuestra salud espiritual. Afirma: “Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos”. Si fallas el examen, haz algo al respecto. Para mantener tu salud física, necesitas revisiones periódicas con tu doctor, que puede evaluar tus signos vitales, la presión sanguínea, la temperatura, el peso, etc. Para tu salud espiritual requieres un chequeo ordinario de los cinco signos vitales: adoración, compañerismo, crecimiento en carácter, ministerio y misión. Jeremías aconsejó: “Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor”. En la iglesia Saddleback hemos desarrollado una herramienta de evaluación personal sencilla, la cual ha ayudado a miles de personas a permanecer en el propósito de Dios. Pablo instó: “Haz que tu entusiasmo del comienzo sea igualado con una acción de tu parte ¡ahora!”. 


Escribe tus progresos en un diario. 
La mejor manera de reforzar tus progresos en el cumplimiento de los propósitos de Dios en tu vida es llevar un diario espiritual. No es una agenda, sino una evidencia de las lecciones de la vida que no deseas olvidar. La Biblia dice: “Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo”. Recordaremos lo que registramos. Escribir te ayuda a clarificar lo que Dios está haciendo en tu vida. Danzón Trotan lo decía así: “Los pensamientos se desenredan cuando pasan entre las puntas de tus dedos”. La Biblia da muchos ejemplos de Dios diciéndoles a las personas que llevaran un diario espiritual. Dice: “Por mandato del Señor; Moisés anotaba cada uno de los lugares de donde partían y adonde llegaban”. ¿No te alegra que Moisés obedeciera el mandato de Dios de registrar el diario espiritual de Israel? Si él hubiese descuidado eso, nos habría robado las poderosas lecciones del libro de Éxodo. Es muy probable que tu diario espiritual no sea leído tanto como el de Moisés, sin embardo, es importante. Tu vida es un peregrinaje, y un peregrinaje merece un diario. Espero que escribas las etapas de tu peregrinaje espiritual mientras vives con propósito. No escribas solamente cosas agradables. Como hizo David, registra tus dudas, tus temores y tus luchas con Dios. Nuestras grandes lecciones provienen del dolor, y la Biblia dice que Dios ha registrado todas nuestras lágrimas. Cualquier problema que ocurra, recuerda que Dios lo usa para cumplir los cinco propósitos en tu vida; los problemas te impulsan a enfocarte en Dios, a acercarte a otros en compañerismo y a construir un carácter como el de Cristo, proveyéndote de un ministerio y dándote un testimonio. Cada problema es con un propósito. En medio de una experiencia dolorosa, el salmista escribió: “Que se escriba esto para las generaciones futuras, y que el pueblo que será creado alabe al Señor”. Se lo debes a las futuras generaciones de preservar el testimonio de cómo Dios te ayudó a cumplir sus propósitos en la tierra. Este es un testimonio que continuará hablando mucho después que estés en el cielo. 


Enseña a otros. 
Si quieres continuar creciendo, la mejor manera de aprender más es enseñar a otros lo que has aprendido. Proverbios nos dice: “Quien bendice a otros es bendecido abundantemente; los que ayudan a otros son ayudados”. Los que enseñan conocimientos reciben más de Dios. Ahora que entiendes el propósito de tu vida, es tu responsabilidad llevar el mensaje a otros. Dios te llama para que seas su mensajero. Pablo dijo: “Yo quiero ahora que le digas esas mismas cosas a los seguidores en quienes puedes confiar para que las compartan a otros”. En este libro te he dado lo que otros me enseñaron acerca del propósito de la vida; tu deber ahora es pasarlo a otros. Probablemente, conoces a cientos de personas que no saben el propósito de la vida. Comparte esas verdades con tus hijos, tus amigos, tus prójimos y tus compañeros de trabajo. Si le das este libro a un amigo, añádele una nota personal en la página dedicatoria. 


Mientras más sepas, más espera Dios de ti que uses ese conocimiento para ayudar a otros
Santiago dijo: “Cualquiera que sabiendo hacer lo bueno no lo hace, está pecando”. El conocimiento aumenta la responsabilidad, pero trasmitir el propósito de la vida es mucho más que una obligación; este es uno de tus más grandes privilegios en la vida. Imagínate cuán diferente sería el mundo si cada uno conociera su propósito en la vida. Pablo dijo: “Si enseñas estas cosas a otros seguidores, serás un buen siervo de Cristo Jesús”.TODO ES PARA LA GLORIA DE DIOS La razón por la cual enseñamos lo que aprendemos es para dar gloria a Dios y contribuir al crecimiento de su reino. La noche antes de su crucifixión. Jesús oró a su Padre: “Yo te he glorificado en esta tierra al completar el trabajo que me diste”. Cuando dijo estas palabras, no había muerto aún por nuestros pecados, así que, ¿cuál era el “trabajo” que había completado? En esa ocasión se estaba refiriendo a algo diferente de la expiación. La respuesta está en lo que afirmó en los siguiente veinte versículos de su oración. Jesús le dijo a su Padre lo que había estado haciendo los últimos tres años: entrenando a sus discípulos para que siguieran los propósitos de Dios. Los ayudó a conocer y a amar a Dios (adoración, enseñándoles a amarse los unos a los otros (compañerismo), les dio la Palabra para que pudieran crecer y los envió a decirles a otros el mensaje (evangelismo). Jesús modeló una vida con propósito y también enseñó a otros cómo vivirla. Este era el “trabajo” que glorificaba a Dios. Hoy Dios nos llama a cada uno a hacer lo mismo, no sólo porque quiere que cumplamos sus propósitos, sino porque desea que ayudemos a otros a hacer lo mismo. Él quiere que les presentemos a Cristo y los traigamos a su compañerismo, ayudándoles a crecer en madurez y descubriendo su lugar de servicio, para luego enviarlos al alcanzar a otros. Esto es lo que significa vivir con propósito. Independientemente de tu edad, el resto de tu vida puede ser lo mejor de tu vida y tu puedes empezar a vivir con propósito hoy mismo.