LAS SEIS COSAS MÁS IMPORTANTES EN LA ORACIÓN Parte 2.
Cuando permitimos al Espíritu Santo orar a través de nosotros para ayudarnos en nuestra vida de oración, veremos sorprendentes respuestas a nuestras oraciones.
“… orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” Ef 6:18.
La traducción de Moffat de Efesios 6:18 dice, “orando en todo el tiempo… con todas las formas de oración”. Otra traducción moderna dice, “orando en todos los tipos de oración”. La versión King James, a pesar de que no dice “todos los tipos de oración” dice, “orando siempre con toda oración”, infiriendo que existe más de un tipo de oración, de no ser así, simplemente diría, “orando siempre” y se detendría ahí. ¡Cuán desesperadamente nuestra nación necesita oración! ¡Cuán desesperadamente la iglesia necesita oración! ¡Cuán desesperadamente los individuos necesitan oración! Nada puede sustituir el lugar de la oración para satisfacer las necesidades de la familia. En la lección anterior discutimos tres de las seis cosas más importantes que el cristiano debe saber de la oración: (1) Orar al Padre en el nombre de Jesús; (2) Creer que lo recibirás y (3) Perdona cuando ores. Esta lección cubrirá las últimas tres.
4ª DEPENDE DEL ESPÍRITU SANTO EN TU ORACIÓN. Ro 8:26-27 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 1Co 14:14-15 Porque si oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Jd 1:20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo. Orar con el espíritu es orar desde lo más profundo de nuestro ser, con el corazón, sin intervención del entendimiento. Orar en el Espíritu es orar de acuerdo al Espíritu Santo, e incluye orar con el espíritu, con las Escrituras y usando los dones espirituales. Cuando el creyente tiene el don de lenguas, entonces cuando ora con el espíritu las lenguas serán una oración (por eso debe pedir la interpretación). Si no lo tiene, ora con el espíritu cuando le pide a Dios en oración que el Espíritu Santo ore por medio de él y la oración que fluye de sus labios no procede de su mente sino del Espíritu. Los cristianos en todas partes oran en el entendimiento pero no todos oran en el Espíritu (usando sus dones). Inclusive muchos ni siquiera saben que eso es posible. Algunos incluso en su odio e ignorancia de las Escrituras han dicho que los dones ya no existen. Pero si eso es cierto, ¿Cómo entonces “oraríamos en el Espíritu” hoy en día? Seguro los cristianos de Corinto no tuvieron un medio de oración que nosotros no tenemos. Claramente Pablo especifica que los Corintios oraban con lenguas, profecía, interpretación de lenguas, palabra de ciencia, revelación y discernimiento de espíritus. Pablo dijo que cuando oramos en una lengua desconocida, el espíritu oraba. Cuando oramos en lenguas, es nuestro espíritu el que ora por medio del Espíritu Santo en nosotros. De la misma manera, su gemido es del Espíritu Santo gimiendo dentro de nosotros. Algunas veces vamos estar en oración tan ardiente, que no tendremos las palabras adecuadas para expresar nuestros sentimientos; todo lo que podremos hacer es gemir desde alguna parte profunda de nuestro ser. Pablo dice que estos gemidos que escapan de nuestros labios, provienen de nuestro espíritu, desde lo más profundo de nuestro ser. Cuando esto sucede, es el Espíritu que nos ayuda a orar, como lo vemos en Ro 8:26. La traducción literal del Griego dice: “El Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos impronunciables en lenguaje articulado”. Lenguaje articulado significa la manera normal en que hablamos. El hablar en lenguas no es hablar de manera normal, de modo que este verso incluye el orar hablando y el orar en otras lenguas. Pablo dijo que el Espíritu Santo ayudaría en nuestra vida de oración. ¿Por qué? “… pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. No siempre entenderemos lo que estamos orando, pero el Espíritu Santo sí. ¡Cuando le permitamos orar a través de nosotros y ayudarnos en nuestra vida de oración, veremos sorprendentes respuestas a nuestras oraciones! Si conocemos los detalles específicos de lo que estamos pidiendo, podemos creer cuando oramos que lo recibiremos. Sin embargo, a veces hay cosas por las que debemos orar, pero no sabemos cómo orar por eso. Pero el Espíritu Santo sí sabe, y nos puede ayudar. Es más fácil tener fe para necesidades como la renta y la despensa, porque sabemos bien lo que estamos pidiendo. Pero hay otras situaciones en la vida en las que no es tan fácil orar, y habrá ocasiones en que no sabrás exactamente como orar, por ejemplo, por tus hijos. Cuando sepas que hay un problema, comienza a orar en el Espíritu y la mayoría de las veces, antes de terminar esa situación, tendrás la respuesta.
¿Cómo oramos en el Espíritu?
Primero hay que entender que podemos orar en el Espíritu y en el entendimiento. Cuando oramos en el entendimiento, nuestra mente, inteligencia, ideas, opiniones, conocimiento, conciencia y voluntad participan. Cuando oramos en el Espíritu, no oramos con nuestra mente, sino con nuestro espíritu.
Se puede orar en el Espíritu básicamente de tres maneras:
(1) Si tienes el don para hablar en lenguas, simplemente ora en lenguas y, mientras lo haces, pide en oración, en tu entendimiento, la interpretación de esas lenguas. Después, ora en español y, esa oración será la interpretación de las lenguas, que puede ser: una profecía, una revelación, una acción de gracias, una petición, una bendición, una intercesión o una revelación.
(2) Si no tienes el don de lenguas, pide al Padre en el nombre de Jesús que sea el Espíritu Santo que mora dentro de ti, que ore a través de tus labios. Guarda silencio, concentra y enfoca tus pensamientos en Jesús y Su palabra, y después abre tu boca y ora. Esa oración que fluya de tus labios será la oración que el Espíritu Santo haga por medio de tu espíritu.
(3) Mientras lees la Biblia, pide a Dios te revele cómo orar usando el pasaje o capítulo específico que lees, y después ora la Escritura. Esa oración es del Espíritu y es la más segura, pues tiene su base y origen en la palabra de Dios, ya que toda la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo.
5ª INTERCEDE POR OTROS.
Este punto está estrechamente ligado al punto 4. Ro 8:26 dice, “y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. La oración de intercesión no es por ti. Un intercesor es uno que toma a alguien más, que intercede por otro. A cada creyente, el Espíritu Santo le ayuda a interceder. Esta intercesión puede ser para la salvación de alguien, sanidad, restauración, etc. Puede ser incluso por cosas o personas que no conocemos, pero el Espíritu sí las conoce. Luego de un tiempo de orar en el Espíritu sabremos si estamos orando por nosotros para edificar nuestro crecimiento espiritual y de adoración a Dios, o si estamos intercediendo por otros. Algunas veces incluso no sabrás por quién o por qué estas orando. Cuando tomas el lugar en intercesión por alguien que está perdido, experimentarás en tu propio espíritu la misma sensación de estar perdido, y mientras continúas intercediendo en el Espíritu por esa persona, el Espíritu tratará con su corazón y lo llevará a una convicción de pecado.
6ª EDIFÍCATE A TI MISMO AL ORAR EN EL ESPÍRITU
Jd 1:20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 1Co 14:4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
Hay una fase en el orar en el Espíritu en nuestra vida de oración que no es orar o interceder por alguien más. Es puramente para nuestra propia edificación espiritual. Nos ayuda y nos edifica espiritualmente. Todos necesitamos este tipo de oración. No podemos ayudar a otros, a menos que nosotros seamos edificados. Orar de esta manera tiene un triple valor.
1º es el medio para la edificación, nos afecta individualmente.
2º es el medio para orar por cosas que no conocemos.
3º el Espíritu nos ayuda en intercesión. Orar en el Espíritu debe ser una experiencia continua para el resto de nuestras vidas, pues nos ayuda en la oración a Dios. Es una corriente que fluye que nunca se debe secar. Enriquecerá tu vida espiritualmente.
Cuando permitimos al Espíritu Santo orar a través de nosotros para ayudarnos en nuestra vida de oración, veremos sorprendentes respuestas a nuestras oraciones.
“… orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” Ef 6:18.
La traducción de Moffat de Efesios 6:18 dice, “orando en todo el tiempo… con todas las formas de oración”. Otra traducción moderna dice, “orando en todos los tipos de oración”. La versión King James, a pesar de que no dice “todos los tipos de oración” dice, “orando siempre con toda oración”, infiriendo que existe más de un tipo de oración, de no ser así, simplemente diría, “orando siempre” y se detendría ahí. ¡Cuán desesperadamente nuestra nación necesita oración! ¡Cuán desesperadamente la iglesia necesita oración! ¡Cuán desesperadamente los individuos necesitan oración! Nada puede sustituir el lugar de la oración para satisfacer las necesidades de la familia. En la lección anterior discutimos tres de las seis cosas más importantes que el cristiano debe saber de la oración: (1) Orar al Padre en el nombre de Jesús; (2) Creer que lo recibirás y (3) Perdona cuando ores. Esta lección cubrirá las últimas tres.
4ª DEPENDE DEL ESPÍRITU SANTO EN TU ORACIÓN. Ro 8:26-27 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. 1Co 14:14-15 Porque si oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento. Jd 1:20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo. Orar con el espíritu es orar desde lo más profundo de nuestro ser, con el corazón, sin intervención del entendimiento. Orar en el Espíritu es orar de acuerdo al Espíritu Santo, e incluye orar con el espíritu, con las Escrituras y usando los dones espirituales. Cuando el creyente tiene el don de lenguas, entonces cuando ora con el espíritu las lenguas serán una oración (por eso debe pedir la interpretación). Si no lo tiene, ora con el espíritu cuando le pide a Dios en oración que el Espíritu Santo ore por medio de él y la oración que fluye de sus labios no procede de su mente sino del Espíritu. Los cristianos en todas partes oran en el entendimiento pero no todos oran en el Espíritu (usando sus dones). Inclusive muchos ni siquiera saben que eso es posible. Algunos incluso en su odio e ignorancia de las Escrituras han dicho que los dones ya no existen. Pero si eso es cierto, ¿Cómo entonces “oraríamos en el Espíritu” hoy en día? Seguro los cristianos de Corinto no tuvieron un medio de oración que nosotros no tenemos. Claramente Pablo especifica que los Corintios oraban con lenguas, profecía, interpretación de lenguas, palabra de ciencia, revelación y discernimiento de espíritus. Pablo dijo que cuando oramos en una lengua desconocida, el espíritu oraba. Cuando oramos en lenguas, es nuestro espíritu el que ora por medio del Espíritu Santo en nosotros. De la misma manera, su gemido es del Espíritu Santo gimiendo dentro de nosotros. Algunas veces vamos estar en oración tan ardiente, que no tendremos las palabras adecuadas para expresar nuestros sentimientos; todo lo que podremos hacer es gemir desde alguna parte profunda de nuestro ser. Pablo dice que estos gemidos que escapan de nuestros labios, provienen de nuestro espíritu, desde lo más profundo de nuestro ser. Cuando esto sucede, es el Espíritu que nos ayuda a orar, como lo vemos en Ro 8:26. La traducción literal del Griego dice: “El Espíritu mismo hace intercesión por nosotros con gemidos impronunciables en lenguaje articulado”. Lenguaje articulado significa la manera normal en que hablamos. El hablar en lenguas no es hablar de manera normal, de modo que este verso incluye el orar hablando y el orar en otras lenguas. Pablo dijo que el Espíritu Santo ayudaría en nuestra vida de oración. ¿Por qué? “… pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. No siempre entenderemos lo que estamos orando, pero el Espíritu Santo sí. ¡Cuando le permitamos orar a través de nosotros y ayudarnos en nuestra vida de oración, veremos sorprendentes respuestas a nuestras oraciones! Si conocemos los detalles específicos de lo que estamos pidiendo, podemos creer cuando oramos que lo recibiremos. Sin embargo, a veces hay cosas por las que debemos orar, pero no sabemos cómo orar por eso. Pero el Espíritu Santo sí sabe, y nos puede ayudar. Es más fácil tener fe para necesidades como la renta y la despensa, porque sabemos bien lo que estamos pidiendo. Pero hay otras situaciones en la vida en las que no es tan fácil orar, y habrá ocasiones en que no sabrás exactamente como orar, por ejemplo, por tus hijos. Cuando sepas que hay un problema, comienza a orar en el Espíritu y la mayoría de las veces, antes de terminar esa situación, tendrás la respuesta.
¿Cómo oramos en el Espíritu?
Primero hay que entender que podemos orar en el Espíritu y en el entendimiento. Cuando oramos en el entendimiento, nuestra mente, inteligencia, ideas, opiniones, conocimiento, conciencia y voluntad participan. Cuando oramos en el Espíritu, no oramos con nuestra mente, sino con nuestro espíritu.
Se puede orar en el Espíritu básicamente de tres maneras:
(1) Si tienes el don para hablar en lenguas, simplemente ora en lenguas y, mientras lo haces, pide en oración, en tu entendimiento, la interpretación de esas lenguas. Después, ora en español y, esa oración será la interpretación de las lenguas, que puede ser: una profecía, una revelación, una acción de gracias, una petición, una bendición, una intercesión o una revelación.
(2) Si no tienes el don de lenguas, pide al Padre en el nombre de Jesús que sea el Espíritu Santo que mora dentro de ti, que ore a través de tus labios. Guarda silencio, concentra y enfoca tus pensamientos en Jesús y Su palabra, y después abre tu boca y ora. Esa oración que fluya de tus labios será la oración que el Espíritu Santo haga por medio de tu espíritu.
(3) Mientras lees la Biblia, pide a Dios te revele cómo orar usando el pasaje o capítulo específico que lees, y después ora la Escritura. Esa oración es del Espíritu y es la más segura, pues tiene su base y origen en la palabra de Dios, ya que toda la Biblia fue inspirada por el Espíritu Santo.
5ª INTERCEDE POR OTROS.
Este punto está estrechamente ligado al punto 4. Ro 8:26 dice, “y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”. La oración de intercesión no es por ti. Un intercesor es uno que toma a alguien más, que intercede por otro. A cada creyente, el Espíritu Santo le ayuda a interceder. Esta intercesión puede ser para la salvación de alguien, sanidad, restauración, etc. Puede ser incluso por cosas o personas que no conocemos, pero el Espíritu sí las conoce. Luego de un tiempo de orar en el Espíritu sabremos si estamos orando por nosotros para edificar nuestro crecimiento espiritual y de adoración a Dios, o si estamos intercediendo por otros. Algunas veces incluso no sabrás por quién o por qué estas orando. Cuando tomas el lugar en intercesión por alguien que está perdido, experimentarás en tu propio espíritu la misma sensación de estar perdido, y mientras continúas intercediendo en el Espíritu por esa persona, el Espíritu tratará con su corazón y lo llevará a una convicción de pecado.
6ª EDIFÍCATE A TI MISMO AL ORAR EN EL ESPÍRITU
Jd 1:20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 1Co 14:4 El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
Hay una fase en el orar en el Espíritu en nuestra vida de oración que no es orar o interceder por alguien más. Es puramente para nuestra propia edificación espiritual. Nos ayuda y nos edifica espiritualmente. Todos necesitamos este tipo de oración. No podemos ayudar a otros, a menos que nosotros seamos edificados. Orar de esta manera tiene un triple valor.
1º es el medio para la edificación, nos afecta individualmente.
2º es el medio para orar por cosas que no conocemos.
3º el Espíritu nos ayuda en intercesión. Orar en el Espíritu debe ser una experiencia continua para el resto de nuestras vidas, pues nos ayuda en la oración a Dios. Es una corriente que fluye que nunca se debe secar. Enriquecerá tu vida espiritualmente.