viernes, 24 de junio de 2011

Tema del dia 89

¿CÓMO OBTENEMOS FE? 
Dios ha provisto la manera en que cada uno pueda tener fe


Cuando leemos He 11:7 Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan, nos damos cuenta que la fe es indispensable en la vida cristiana. Si Dios demandara que tuviéramos fe cuando nos es imposible tenerla, entonces dependería de Dios si tenemos fe o no. Pero si Dios pone en nuestras manos los medios por los cuales la fe se puede obtener y producir, entonces la responsabilidad recae en nosotros, ya sea que tengamos fe o no. Dios ha dicho que sin fe es imposible agradarlo, pero también nos ha dicho cómo obtener fe. Si no tenemos fe, no es culpa de Dios. Culpar a Dios por nuestra falta de fe es una muestra de ignorancia. Dios ha provisto el medio por el cual todos podamos tener fe. 


FE PARA SALVACIÓN. 
Ef 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es un don de Dios
Ro 10:8-10, 13-14, 17 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación… porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? … Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios


En base a los pasajes anteriores, ¿cuáles son los tres pasos que se tienen que dar para recibir la salvación? (1) Confesar (2) Creer (3) Aceptar. ¿Para quienes está disponible la salvación? Para todo aquel. ¿De dónde viene la fe? De la palabra de Dios. Hch 11:13-14 quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro; él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa. Dios ha instruido a Cornelio que envíe por Pedro a fin de conocer el plan de salvación. En la Gran Comisión registrada en Mr 16:15-18 Jesús dijo a sus discípulos: Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Cornelio no ha escuchado el glorioso evangelio. No es salvo. Dios mandó a Cornelio que enviara por Pedro a fin de que conociera el plan de salvación. ¿Por qué habría de enviar por Pedro? ¿Por qué simplemente no podía el ángel haber explicado el plan de salvación a Cornelio? Porque los ángeles no pueden predicar el evangelio, Dios ha dado esa tarea a los hombres. Por eso le dice: “él te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.” ¡Eso nos muestra que el hombre es salvado por escuchar palabras! La razón de esto es porque “la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.” 


FE PARA SANIDAD
Hch 14:7-10 y allí predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó, y anduvo


¿No es maravilloso cómo Pablo sanó a este hombre? Sin embargo, Pablo no sanó a este hombre. El hombre no fue sanado por Pablo aunque Pablo eran un apóstol. Él no fue sanado mediante la fe Pablo, sino por su propia fe. 


Pablo hizo tres cosas: 
1. Predicó el evangelio. 
2. Percibió que el hombre tenía fe para ser sanado. 
3. Le dijo al hombre que se levantara y caminara. 


El hombre hizo tres cosas: 
1. Escuchó la predicación del evangelio. 
2. Tuvo fe para ser sanado. 
3. Saltó y anduvo. 


El hombre no fue sanado por algún poder o don que Pablo tuviera. El hombre mismo tuvo fe para ser sanado. ¿De dónde obtuvo este hombre fe para ser sanado? De escuchar el evangelio que predicaba Pablo. Pablo predicaba el evangelio de sanidad y salvación “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Ro 1:16). Del griego original, salvación significa “liberación, seguridad, preservación y salud”. Entonces Pablo estaba diciendo: “No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para liberación, seguridad, preservación y salud”. Ese es el mensaje del evangelio de Jesús. Hch 8:5-8 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad. Los grandes milagros registrados en los Hechos se dan como resultado de la predicación del evangelio de Cristo. El Nuevo Testamento no conoce a Cristo sin Cristo el Sanador. Si no hay evangelio de sanidad hoy en día, tampoco hay evangelio de salvación. 


LA FE EN ACCIÓN
P.C. Nelson, quien por muchos años fue un reconocido ministro bautista, dijo: “La sanidad es parte y territorio del evangelio”. Mientras pastoreaba en una iglesia en Detroit, Michigan, en 1921, él fue arrollado por un automóvil. Los doctores dijeron que la pierna que le quedaba probablemente tenía que ser amputada, pero aún si no tuviesen que quitársela, ésta quedaría paralizada. Mientras convalecía en cama, los versículos de la Escritura en Stg 5:14-15 venían a él: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.” El Dr. Nelson trató de justificarse a sí mismo delante del Señor diciendo que ellos no practicaban eso en su iglesia. El Señor le recordó que tenía cuatro amigos que sí creían en los milagros, y le dijo al Dr. Nelson que los llamara para que vinieran a orar por él. Ellos vinieron a su hogar, lo ungieron con aceite y oraron la oración de fe por él. Él fue sanado milagrosamente, su pierna no tuvo que ser amputada y jamás quedó paralizada. “La fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios”. Muchos años atrás, un joven bautista cayó enfermo de gravedad. Mientras leía el Nuevo Testamento, se dio cuenta de que nunca le habían predicado todo lo que Jesús hizo en los evangelios. Entre más leía los Hechos y las Cartas de Pablo, más descubría que él no tenía que morir. Y entre más y más leía y estudiaba, ¡más se daba cuenta que podía ser sanado! Sin embargo, el diablo estaba allí, trayendo a su memoria todas las dudas e incredulidades que a él le habían predicado. Le decía que la sanidad había terminado su tiempo (afortunadamente el joven no podía recordar si esa creencia ya se había pasado). También tuvo que luchar con la enseñanza de que sería sanado solo si Dios quería, lo cual era un insulto aún mayor hacia Dios que decir que no podía sanar. Entonces leyó Mr 5:34 donde Jesús habló a la mujer con el flujo de sangre y le dijo: “Hija, tu fe te ha hecho salva, ve en paz, y queda sana de tu azote”. Es claro aquí que la mujer tuvo fe para ser sanada y por eso es que “salió poder de Jesús para sanar”.  Cuando él entendió esto, supo entonces que si la fe de la mujer había desatado el poder de Jesús para sanar, su fe también podía hacerlo sano. Y gracias a Dios, así lo fue. Su parálisis desapareció, el problema de su corazón desapareció y quedó normal, y él ha estado brincando, saltando con un pie, rebotando desde entonces y predicando el evangelio con plenitud por más de 50 años.