miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tema del dia 105

DIA 105
¿LOS DONES, SEÑALES Y MILAGROS DEL ESPÍRITU SANTO SON PARA NOSOTROS HOY? 
Las señales y maravillas del Espíritu Santo registradas en los Hechos de los apóstoles están al alcance de todos los creyentes hoy


Desde el cuarto siglo d.C., algunos teólogos y clérigos han enseñado que “CARISMA O CARISMATA” (dotaciones sobrenaturales del Espíritu Santo, dones divinos, recibir poder inspirado divinamente, la ejecución de milagros) que es referida en 1 Corintios 12:1 como “dones espirituales”, era solamente para la “Era Apostólica”. Entre los teólogos e historiadores, encontramos una variedad de perspectivas acerca de esta teoría. Existen por lo menos cuatro o cinco posiciones sostenidas por cristianos modernos, acerca de las señales y milagros en la historia post-bíblica. 


TEORÍAS DE CESACIÓN Y OTROS PUNTOS DE VISTA. 


1ª Las señales y maravillas cesaron al finalizar la era apostólica
Algunos proponentes de esta teoría dicen que la “Era Apostólica” terminó alrededor del año 100 d.C. (después de Cristo) con la muerte del Apóstol Juan, el último sobreviviente de “...los doce apóstoles del Cordero” (Ap 21:14). Un teólogo “Reformado” pensaba que los dones sobrenaturales “estaban confinados a la era apostólica, y exclusivamente para un círculo muy limitado”. Su propósito, era establecer la autoridad de los apóstoles; una vez logrado, los dones carismáticos concluyeron. Según esta posición, las señales y milagros reportados después de esa temporada, eran consideradas espurias o no ocurrían bajo la manifestación divina. Este es un argumento “circular”, en el cual un dictamen teológico es hecho respecto a que las señales y milagros son imposibles después del primer siglo, forzando la conclusión de que la evidencia histórica es fraudulenta. La gran debilidad de tal posición, es la siguiente: Existe una total ausencia de respaldo Bíblico que apoye la contención de que los milagros divinos cesaran después de la muerte de los doce apóstoles del Cordero y su generación. Ningún pasaje de la escritura declara o implica tal posición.


2ª Las señales y milagros cesaron porque estos pertenecían únicamente a los primeros siglos de la iglesia
Según esta teoría, ya no eran necesarios para validar el evangelio. La Iglesia, una vez establecida mundialmente y sancionada oficialmente, era suficiente para certificar la autenticidad del mensaje cristiano. La fecha de extirpación es el tiempo en que se completó el canon, usualmente reconocido como el Consejo de Cartago en 397. Este argumento acepta las documentaciones de las señales y milagros del segundo y tercer siglos, asignando arbitrariamente su anterior cesación. Pero, ¿por qué una fecha de extirpación? ¿Cuándo fue la Iglesia establecida mundialmente y oficialmente sancionada? ¿Acaso es el año 397 la fecha en que el canon fue concluido? (Muchos historiadores de la Iglesia disputarían esa conclusión.) ¿Dónde enseña la Escritura eso? Este argumento es dejado sin apoyo bíblico o histórico. 


3ª Las señales y maravillas fueron desapareciendo a medida que los líderes de la iglesia organizada se opusieron a sus manifestaciones
A medida que la fe por los milagros declina entre los líderes de la Iglesia, los milagros disminuyen en frecuencia. Además, cuando ocurren señales y milagros insólitos, muchas veces amenazan a los “Señores y Gobernadores” de la jerarquía eclesiástica y sus posiciones en la institución. Por tal razón, el liderazgo de la Iglesia ha tenido la intención de oponerse a ellos. Como será probado más adelante, han habido ondas de señales y milagros a través de toda la historia de la Iglesia y la jerarquía ha controlado el impulso o propagación de los mismos. No obstante, el punto principal del argumento o punto en cuestión es que los Dones han cesado completamente, cosa que no puede pasar la prueba de la historia. No se ha podido documentar que los Dones hayan cesado durante algún período significativo de tiempo en la historia de la Iglesia, y mucho menos en nuestros días. Los milagros están ocurriendo de manera común en la Iglesia a escala mundial. 


4ª Nunca hubo señales ni maravillas
Después del evento del liberalismo teológico del siglo XIX, los líderes de la Iglesia han resistido las señales y milagros. Ellos, negaron la posibilidad de la intervención sobrenatural en la Creación. Estos “teólogos seculares” niegan la posibilidad de que haya habido siquiera señales y maravillas en el primer siglo. Estos, trágicamente son: falsos profetas que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (Mt 7:15; Hch 20:29), materialistas, encubriendo sus filosofías con el lenguaje religioso. 


LAS SEÑALES Y MILAGROS NUNCA HAN CESADO
Estos han ocurrido desde la era apostólica hasta el presente en diversidad de grados. Esta última posición es respaldada por la Biblia y la historia de la Iglesia. El texto bíblico usado más a menudo por quienes proponen la teoría de que las señales y prodigios han cesado, es hallado en 1 Corintios 13:8-10 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte acabará. La explicación de estos versículos se ha dicho que es que las profecías se acabarán y las lenguas cesarán.     ¿Cuándo sucederá esto? cuando venga lo perfecto, y dicen que es la BIBLIA. Cuando tengamos la Biblia, entonces, las profecías se acabarán y las lenguas cesarán. Siendo que ahora tenemos la Biblia, aquéllos que creen en esa teoría nos dicen que las lenguas y todos los demás dones espirituales han cesado o han sido eliminados de la Iglesia. Pero ¿En qué está equivocada la teoría? Esta se hace pedazos cuando leemos que, cuando venga lo perfecto, lo que es en parte acabará (las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará). Si somos consistentes con nuestra interpretación, entonces podemos concluir que cuando el canon de la Escritura fue terminado, la CIENCIA, en conjunción con la profecía y las lenguas, fueron removidos de la Iglesia. Sin embargo, nadie aceptará que la Iglesia existe en un vacío “SIN CONOCIMIENTO”. Por el contrario, los teólogos alegan para sí mismos un conocimiento no existente para probar esa posición floja y antibíblica. Cuando venga lo perfecto NO se refiere a la BIBLIA. En el contexto: ...cuando venga lo perfecto..., no es un objeto tal como la Biblia, es una condición, la cual usted y yo como creyentes experimentaremos como resultado de la Segunda Venida del Señor: Pero cuando hayamos alcanzado la perfección y plenitud, entonces la necesidad de esos dones especiales será inadecuada, y tendrán su fin, y desaparecerán… pero algún día le veremos en su plenitud, cara a cara” (1Co 13:10, 12 La Biblia Viviente). “...empero cuando llegue la perfección, todo lo que sea imperfecto desaparecerá (La Biblia de Jerusalén). Podemos concluir que las lenguas, profecías y el conocimiento limitado del hombre, no tendrán valor de continuidad cuando Jesús venga y le veamos cara a cara. Entonces estos dones, las lenguas, las profecías y el conocimiento o ciencia, desaparecerán, pero NO HASTA QUE ESO OCURRA. 


LOS DONES CONTINÚAN HASTA LA SEGUNDA VENIDA
1Co 1:7 vosotros no estaréis sin alguno de estos dones del Espíritu mientras esperan por la venida del Señor Jesucristo (La Biblia Jerusalén). Hch 2:38-39 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Estas promesas de la Escritura, no dan idea alguna de que el poder y la obra del Espíritu Santo iban a ser un fenómeno temporal, limitado para la Iglesia del primer siglo. Por el contrario, hacen claro que fueron para “...cuantos el Señor nuestro Dios llamare”.  Los apóstoles esperaban que TODOS los dones espirituales continuaran en la Iglesia hasta la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo. ¿Acaso debemos esperar algo menor a esto? La Segunda Venida de nuestro Señor Jesús es el punto donde las lenguas, las profecías y otros dones espirituales cesarán, pero no hasta entonces. Esa era la esperanza de Pablo. Esta debe también ser la esperanza de cada creyente.