jueves, 8 de diciembre de 2011

Tema del dia 107

SEÑALES Y MARAVILLAS EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA parte 2. 
Dios se manifiesta por medio Su Espíritu Santo a través de creyentes sencillos


9º Ambrosio (cerca de los años 339-397) 
Un laico, Ambrosio, fue reclamado como obispo de Milán por sus seguidores entusiastas. Cuando fue ordenado como obispo, su primer acto fue distribuir sus riquezas entre los pobres. Llegó a ser un predicador sobresaliente y un maestro por excelencia. Ambrosio, en su obra: El Espíritu Santo (Padres de la Iglesia), declaró que las sanidades y lenguas todavía eran obras de Dios. En sus escritos, él documentó las sanidades y el hablar en otras lenguas por el Espíritu: “He aquí, el Padre estableció el ministerio de maestros; Cristo también lo estableció en las iglesias. Así que, de la manera en que el Padre otorga la gracia de las sanidades, de igual manera el Hijo las da. De la manera en que el Padre confiere el don de Lenguas, el Hijo también lo concedió”. 


10º San Agustín (354-430) 
San Agustín, el más famoso de todos los padres de la Iglesia reciente, escribió: “Nosotros todavía hacemos lo que los apóstoles hicieron cuando imponían las manos sobre los samaritanos y hacían que el Espíritu Santo descendiera sobre ellos. Se espera que los conversos hablen en nuevas lenguas.” San Agustín sirvió como Obispo de Hipona. Fue bautizado por Ambrosio en Milán en la Pascua del 387. Al final de su vida, escribió la obra titulada: “La Ciudad de Dios” en donde discute que los milagros que sucedieron que fueron registrados en el Nuevo Testamento, son “absolutamente dignos de confianza”. Luego escribe en el Libro 22, capítulo 28, acerca de los milagros que estaban ocurriendo en su época: “Algunas veces se objeta que los milagros, los cuales los cristianos afirman que han ocurrido, ya no ocurren. La verdad es que aun hoy los milagros están siendo obrados en el Nombre de Cristo, algunas veces a través de la intercesión de Sus hijos”. San Agustín luego relata acerca de los milagros que sucedieron: “Un hombre ciego cuya vista fue restaurada. El Obispo Inocente, de Cartago, fue sanado de una fístula rectal. Inocencia, en Cartago, fue sanada de cáncer en los senos. Un doctor, en Cartago, sanado de gota. Un ex-empresario de espectáculos de Curbubis fue sanado de parálisis y una hernia en los testículos. La sanidad de Hesperio, uno de los vecinos de San Agustín, cuya enfermedad fue causada por los “espíritus del mal”. Un niño endemoniado fue libertado después que el demonio le sacó su ojo y lo dejó colgando de una diminuta vena parecida a una raíz. La pupila que era negra, se tornó blanca. Una joven en Hipona fue liberada de demonios. Florencio, de Hipona, quien oraba por dinero, lo recibió. Una monja fue resucitada. El hijo de un amigo de San Agustín, fue levantado de los muertos.” San Agustín concluye su narración de milagros contando a sus lectores que hay demasiados milagros que mencionar. “Es un hecho simple”, escribe San Agustín, “no hay escasez de milagros, ni siquiera en nuestra época. Y el Dios que obra los milagros de los cuales leemos en las Escrituras, usa cualquier medio y manera que le plazcan”. San Agustín se oponía a la emergente teoría de la cesación de los dones carismáticos, como una reacción alarmista a lo que algunos pensaron que eran excesos del Montanismo. Él se opuso a la idea de que los milagros y los dones del Espíritu Santo como aparecen en 1 Corintios 12 terminaron en la era apostólica. 


11º Gregorio De Tours (cerca de los años 538-594) 
Gregorio fue un obispo e historiador. Fue un escritor prolífico, cuyas obras proveen un conocimiento muy valioso de la vida de la Iglesia en el siglo sexto. Existen muchos relatos de sanidades que ocurrieron en el tiempo de Gregorio. Éstos, aparecen registrados en su obra titulada Diálogos, donde también relata la expulsión de un demonio y su propia sanidad: “Eleuterio, a quien mencioné previamente, abad del Monasterio de San Marcos el Evangelista, contiguo a las murallas de Espoleto, vivió conmigo por mucho tiempo en mi monasterio en Roma, donde murió. Sus discípulos dicen que levantó un muerto a la vida por el poder de su oración. Fue bien conocido por su simplicidad y compunción de corazón; sin duda que esta alma humilde e inocente como un niño, obtuvo muchos favores del Dios todopoderoso. Le contaré de un milagro suyo, el cual le pedí que me describiera en sus propias y sencillas palabras. Una vez, mientras estaba viajando, le sorprendió la noche antes de que pudiera encontrar un lugar donde hospedarse. Así que, se detuvo en un convento donde había un niñito que era perturbado todas las noches por un espíritu del mal. Después de darle la bienvenida al hombre de Dios a su convento, las monjas le preguntaron si podía quedarse con el niño esa noche. Él estuvo de acuerdo, permitiendo que el niño descansara a su lado. En la mañana, las monjas le preguntaron con gran preocupación si había hecho algo por el niño. Algo sorprendido de que le formularan aquella pregunta, él dijo: “¡NO!” Entonces le familiarizaron con la condición del muchacho, informándole que no pasaba ni una sola noche sin que el espíritu del mal lo inquietara. Así que, le pidieron a Eleuterio el favor de que se lo llevara consigo al monasterio porque ya no soportaban verlo sufrir más. El varón de Dios concordó en que lo haría. El niño permaneció por mucho tiempo en el monasterio sin ser perturbado ni por un momento. Altamente complacido por eso, el viejo abad permitió que su gozo por la condición saludable del muchacho, excediera la moderación. ‘Hermanos’, le dijo a sus monjes, ‘el diablo estaba jugando con las hermanas, pero una vez que se encontró con siervos sinceros de Dios, nunca más se atrevió a acercarse a este niño’. En aquel mismo instante, apenas esperando que Eleuterio terminara de hablar, el diablo volvió a tomar posesión del niño, atormentándolo en presencia de todos. El espectáculo de ello llenó el corazón del anciano de inmenso dolor y, cuando sus monjes trataron de consolarlo, dijo: ‘Es mi orden que ninguno coma pan hoy hasta que este niño sea liberado del poder del diablo’. Él mismo se postró en oración con todos sus monjes y continuó orando hasta que el niño fue librado del poder del espíritu del mal. La cura fue completa y el diablo no se atrevió a molestarle nunca más. Él delinea planes detallados de misiones organizadas hacia todos los paganos, entre sus objetivos principales, debido a la inminencia del Juicio Final. 


12º Gregorio El Grande (540-604) 
Autor de los “Diálogos” (593-94) 1ue fueron descritos por el mismo autor como historias de “milagros de los Padres que fueron realizados en Italia”. Los  Diálogos contienen relatos sobrenaturales, los cuales se dividen nítidamente en tres clases: relatos de visiones, historias de profecías e historias de milagros. El siguiente es un resumen de una de las historias de Gregorio “Un día Plácido, salió para el lago a sacar agua pero perdió el equilibrio y cayó al agua. Benedicto, quien estaba sentado en su cuarto, estuvo consciente sobrenaturalmente de la ocurrencia y clamó de prisa a su discípulo Mauro: ‘Corre, Hermano Mauro, porque el niño que fue por agua al lago ha caído al mismo y la corriente lo ha arrastrado lejos’. Mauro corrió hacia la orilla del lago y, luego, ‘pensando que todavía iba por tierra seca, seguía corriendo por el agua’. De esa manera pudo agarrar por el pelo al niño que era arrastrado por la corriente y lo trajo de regreso a salvo. Fue únicamente cuando se paró firmemente sobre suelo seguro que Mauro comprendió que un milagro había tomado lugar y, ‘con gran asombro, se preguntó cómo pudo haber hecho tal cosa, que si lo hubiera hecho conscientemente, no se habría atrevido a aventurarse’. 


LA ERA MEDIEVAL, 600-1500. 


1º San Vladimiro, Príncipe de Rus (cerca del 988) 
El siguiente relato ilustra el cómo una señal milagrosa condujo a la conversión y bautismo cristiano de Vladimiro, Príncipe de Rus (que más tarde vino a ser llamada Rusia). Estos eventos tomaron lugar cerca del final del primer milenio del cristianismo. Por agencia divina, Vladimiro estaba sufriendo en ese momento de una enfermedad en los ojos y no podía ver nada. Estaba muy perturbado. La princesa declaró que si deseaba ser sanado de su enfermedad, debería ser bautizado a la brevedad posible, de otra manera, jamás podría ser curado. Cuando Vladimiro escuchó su mensaje, dijo: 'Si esto realmente sucede, entonces el Dios de los cristianos es grande”, y dio la orden para que fuera bautizado. El obispo de Kerson, juntó a los sacerdotes de la princesa, después de anunciar las buenas nuevas, bautizó a Vladimiro y, a medida que el obispo colocaba sus manos sobre él, recibió la vista al momento. Tan pronto como experimentó esta cura milagrosa, Vladimiro glorificó a Dios diciendo: “Ahora he percibido al único y verdadero Dios”. Cuando sus seguidores presenciaron este milagro, muchos de ellos también fueron bautizados. 


2º San Francisco De Asís (1181-1226) 
San Francisco fue el fundador de la Orden Franciscana. Él tuvo un ministerio de sanidad extensivo. Las siguientes selecciones son tomadas de un vasto número de milagros que ocurrieron en el ministerio de San Francisco: “Una vez cuando el varón santo de Dios, Francisco, se había ido de viaje por diversas regiones a predicar el Reino de Dios, llegó a una cierta ciudad llamada Toscanella. Allá, cuando estaba sembrando la semilla de vida a su manera usual, un cierto soldado de esa ciudad le ofreció su hospitalidad; él tenía un sólo hijo que era cojo y débil de cuerpo. Aunque era un niño, ya había pasado la edad de ser destetado, pero todavía permanecía en una cuna. Cuando el padre del niño vio la gran santidad del varón de Dios, humildemente se echó sobre sus pies, implorándole la salud de su hijo. Pero Francisco, quien se consideró a sí mismo indigno e inútil de tan gran poder y gracia, rehusó hacerlo por mucho tiempo. Pero finalmente, superado por la insistencia de sus peticiones, oró y después colocó sus manos sobre el niño, y bendiciéndole, lo levantó. Inmediatamente, con todos los presentes contemplando la escena y regocijándose, el niño se levantó completamente restaurado, comenzó a caminar de aquí para allá por los contornos de la casa. Una vez cuando el varón de Dios, Francisco, había venido a Narni y permaneció allí por un número de días, un cierto varón de esa ciudad de nombre Pedro yacía en cama enfermo de parálisis. Durante un período de cinco meses había estado tan privado del uso de sus miembros, que ni siquiera podía levantarse o moverse un poco. Solamente podía mover su lengua y abrir sus ojos; había perdido el pleno uso de sus pies, manos y cabeza. Cuando escuchó que San Francisco de Asís había llegado a Narni, envió un mensajero al obispo de esa ciudad para pedirle que por el amor de Dios le enviara al siervo del Dios Altísimo, con la confianza de que sería libre de la enfermedad que padecía tan pronto Francisco estuviera presente. Sucedió que cuando el bendito Francisco vino a él, le puso las manos encima y quedó inmediatamente sano y restaurado a su anterior estado de salud. 


3º Comunidad Waldensiana. 
Esto fue un movimiento en la Edad Media, cuyas características incluían la obediencia evangélica al mensaje, el ascetismo riguroso, aversión al reconocimiento del ministerio de sacerdotes indignos, creencia en visiones, profecías y liberación de demonios. A.J. Gordon, en su libro El Ministerio De Sanidad cita la siguiente doctrina de los Waldensianos: “Por consiguiente, tocante a esta unción de los enfermos la sostenemos como un artículo de fe y profesamos sinceramente de corazón que los enfermos, cuando lo piden, pueden legalmente ser ungidos con aceite por alguien que se una a ellos en oración para que sea eficaz la sanidad del cuerpo según el designio, propósito y efecto mencionado por los apóstoles, y profesamos que tal unción ejecutada según el dictamen y práctica de los apóstoles, resultará en la sanidad y de provecho espiritual.” 


4º Vicente Ferrer (1350-1419) 
Conocido como el “Ángel del Juicio”, predicó por toda Europa alrededor de veinte años. Se registra de él lo siguiente: “Vicente se desilusionó; se enfermó gravemente. En una visión, fue comisionado por el Señor... ‘a ir por todo el mundo a predicar a Cristo’. Por lo tanto, en Noviembre de 1399 salió de Avignon y empleó 20 años en la predicación apostólica. A medida que el Espíritu le movía o a medida que se le solicitaba, visitaba y volvía a visitar lugares a través de toda España, Francia, Lombardía, Suiza y los Países Bajos. Con elocuencia ferviente, predicaba la necesidad del arrepentimiento y sobre la venida del Juicio. Muy raras veces permanecía en un sólo lugar por más de un día, y sólo lo hacía cuando la gente había sido descuidada por mucho tiempo o cuando el paganismo o herejía era muy común. Los milagros en el orden natural y de la gracia, acompañaban sus pasos. 


5º Colette De Corbi (d.1447) 
Lo siguiente es registrado acerca de Colette en Las Vidas de los Santos: ““Estoy muriendo de curiosidad por ver a esa maravillosa Colette quien resucita los muertos”, escribió la duquesa de Borbón, acerca de este tiempo. Porque la fama de los milagros y las labores de la hija del carpintero estaban en cada boca, una mujer sencilla pero poderosa.