jueves, 8 de diciembre de 2011

Tema del dia 108

SEÑALES Y MARAVILLAS EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA parte 3. 
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por siempre y sigue haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo por medio de su cuerpo: nosotros


LA REFORMA Y LA ERA MODERNA, 1500-1900. 


1º Martín Lutero (1483-1546) 
En la siguiente carta de Martín Lutero se registra lo siguiente: “El cobrador de impuestos en Torgau y el consejero en Belgern me han escrito para pedirme que les ofrezca algunos buenos consejos y ayuda al esposo afligido de la Sra. John Korner. No conozco de alguna otra mejor ayuda qué otorgar en el mundo. Si los médicos no pueden encontrar la cura de alguna enfermedad o aflicción, puede estar segura que ésta no es un caso de melancolía común. Por el contrario, es un azote del diablo, el cual deberá ser contrarrestado por el poder de Cristo con la oración de fe. Esto es lo que nosotros hacemos y lo que hemos acostumbrado hacer, pues tuvimos el caso de un fabricador de gabinetes aquí, que estaba siendo afligido similarmente por una aflicción de locura, lo llevamos en oración en el Nombre de Cristo y quedó liberado. Al enfrentarse a un caso semejante, deberá proceder como sigue: Vaya con los diáconos y dos o tres buenos hombres. Es de esperarse que usted, como pastor del lugar, esté revestido, como ellos, con la autoridad de Cristo. Ponga sus manos sobre el afligido y dígale: ‘La paz de Dios nuestro Padre sea contigo, amado hermano, y en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo’ … Haga oración declarando las verdades del Credo y la Oración del Señor y en voz clara y concluya con estas palabras: ‘Oh Dios, Padre Todopoderoso que nos has dicho a través de tu Hijo: ‘De cierto, de cierto os digo, que todo lo que pidiereis al Padre en mi Nombre, él os lo dará, quien nos ha ordenado y animado a orar en su Nombre: Pedid, y se os dará’, y quien de igual manera ha dicho: ‘Clama a mí y yo te responderé, te libraré y tú me glorificarás’; ...nosotros pecadores indignos, dependemos de tus palabras y mandamientos. Oramos por Tu misericordia con tal fe a medida que nos congregamos. Dígnate de libertar este varón de todo mal y deshaz la maldad que Satanás ha obrado en él. Honra Tu Nombre y fortalece la fe de los creyentes a través de Jesucristo, Tu Hijo, nuestro Señor, quien vive y reina contigo, un mundo sin fin. Amén”. Luego, cuando se vaya a despedir, ponga sus manos sobre el hombre otra vez y diga: ‘Estas señales seguirán a los que creen: sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán’. Haga estas tres cosas cada día por tres días sucesivos.” En Las Obras de Lutero, concerniente a la profecía, él dice: “Si usted desea profetizar, hágalo de tal manera que no pase por sobre la fe, a fin de que su profecía esté en armonía con la cualidad peculiar de la fe”. Él continúa escribiendo: “uno puede profetizar cosas nuevas, pero no cosas que vayan más allá de los límites de la fe...”. Un escritor registró esto: “El Dr. Martín Lutero era un profeta, evangelista, hablaba en lenguas e interpretaba lenguas. Era una persona dotada de todos esos dones del Espíritu Santo. Él oraba por los enfermos y echaba fuera demonios.” 


2º Ignacio De Loyola (1491-1556) 
Ignacio fue el fundador de la Sociedad de Jesús. Fue herido en el Ejército Español en el año 1521. Mientras se estaba recuperando leyó La vida de Cristo, por Ludolfo de Saxonia. Esto le inspiró para convertirse en un “soldado” para Cristo. Entró en un monasterio y empleó casi un año en prácticas ascéticas. Allí fue que compuso la esencia de Los ejercicios Espirituales. En ellos escribe lo siguiente acerca del Espíritu: “El Espíritu de Dios respira donde desea; no nos pide permiso; se encuentra con nosotros según Sus propios términos y distribuye Su carisma según Su voluntad. Por lo tanto, debemos estar siempre despiertos y listos; debemos ser flexibles a fin de que Él pueda utilizarnos en nuevas empresas. ¡No podemos echar a un lado la ley del Espíritu de Dios! Él está presente con sus dones, donde sabe que están congregados con la multiplicidad de carismas en la Iglesia. Todos los dones de esta Iglesia emergen de un sólo recurso: Dios. Lo que Pablo dice en el capítulo doce de su Primera Epístola a los Corintios, continúa siendo cierto hoy. Esto deberá darnos fortaleza para vencer cada forma de celo clerical, sospechas mutuas, el poder para adueñarnos de la autoridad y el rehusar permitir que otros, quienes tienen sus propios dones del Espíritu, sigan su propio camino. ¡Eso es lo que el Espíritu desea de nosotros! Él no es tan estrecho de mente como lo somos nosotros a veces con nuestras instrucciones! Él puede conducirnos hacia Sí mismo en diferentes maneras, y Él quiere dirigir la Iglesia a través de una multiplicidad de funciones, oficios y dones. La Iglesia no está supuesta a ser una academia militar donde todo sea uniforme, sino que está supuesta a ser el Cuerpo de Cristo, en el cual, Él, el Espíritu de Cristo, ejerza poder sobre todos sus miembros. Cada uno de estos miembros demuestra que Él es realmente un miembro del Cuerpo al dejar que los demás miembros también lo sean.


3º Teresa De Ávila (1515-1582) 
En su autobiografía, hay relatos frecuentes del éxtasis que experimentó de parte de Dios. En éste, ella escribe: “Lo que digo acerca de no ascender a Dios a menos que Él lo levante, es lenguaje del Espíritu. Aquél que ha tenido algunas experiencias semejantes, me podrá entender, porque no sé como describir esto de ser levantado si no se es comprendido a través de una experiencia”. Ella se refiere a esta clase de lenguaje otra vez cuando habla acerca de la oración: “Desconozco cualquier otro término para describirlo o cómo explicarlo. Ni tampoco el alma sabe lo que debe hacer, ya que no sabe si hablar o permanecer en silencio, o debe reír o llorar. Esta oración es una necedad gloriosa, una locura celestial donde la verdadera sabiduría es aprendida; es para el alma la manera más deliciosa de disfrute. De hecho, cinco o aun seis años atrás, el Señor a menudo me daba esta oración en abundancia, y no la entendía; ni tampoco sabía cómo hablar de ella. 


4º Los Hugonotes (Organizados formalmente en 1559) 
Los Hugonotes era un apodo dado a los Calvinistas Franceses. Enrique Baird escribe en su libro: “Respetando las manifestaciones físicas hay poca discrepancia entre los relatos de amigos y enemigos. Las personas afectadas eran hombres y mujeres, los ancianos y los jóvenes. Muchos eran niños y niñas de nueve o diez años de edad. Ellos emergieron del populacho, dijeron sus enemigos, de la gentuza ignorante y sin cultura; sin poder leer ni escribir, en su mayoría, y hablando la jerga de la provincia diariamente, que era lo único que podían utilizar para platicar. Tales personas caían hacia atrás repentinamente y, mientras permanecían tendidas en tierra, experimentaban contorsiones extrañas y aparentemente involuntarias; sus pechos parecían hincharse y sus estómagos inflarse. Al salir de tal condición, gradualmente volvían a ganar el poder del habla instantáneamente. Comenzaban a menudo con una voz interrumpida por sollozos y pronto derramaban un torrente de palabras, clamores de misericordia, llamados al arrepentimiento, exhortaciones a los espectadores para que cesaran de concurrir a las misas, amonestaciones a la iglesia de Roma y profecías relativas al juicio por venir. De la boca de los niños emergían textos de la Escritura y discursos en un francés muy bueno y fácil de entender, uno que nunca usaban mientras estaban conscientes. Cuando el trance terminaba, declaraban que no recordaban nada de lo ocurrido o de lo que habían dicho. En raras ocasiones recordaban impresiones vagas y generales, pero nada más. No había apariencia de engaño, ni indicación de que al pronunciar sus predicciones con relación a eventos futuros, tuvieran alguna idea de prudencia o duda tocante a la verdad de lo que habían predicho.” Brueys, su oponente más inveterado, no es menos positivo sobre este punto que los testigos que mostraban más simpatía hacia ellos. “Estos pobres locos” - dijo él - “creyeron que realmente fueron inspirados por el Espíritu Santo. Ellos profetizaron sin ningún designio o motivo ulterior, sin una intención mala y con tan pocas reservas que siempre marcaban con intrepidez el día, lugar y las personas de quienes hablaban en sus predicciones.” 


5º Calvino. 
Al referirse a las lenguas, escribió: “Al presente, grandes teólogos hablan en contra de ellas con furioso celo. Puesto que es un hecho que el Espíritu Santo ha honrado el uso de lenguas con elogios que nunca mueren, podríamos considerar rápidamente la clase de espíritu que usa a tales reformadores, quienes nivelan tantos reproches como pueden contra el tratar de obtenerlas. No obstante, Pablo habla a favor del uso de lenguas. Él está lejos del desear que sean abolidas o dejadas de lado.” 


6º Valentino Greatlakes (1638) 
David Robertson escribe en su artículo: “Desde Epidauros Hasta Lourdes: Una Historia de sanidad por la fe”, acerca de un irlandés llamado Greatlakes: “Él era un protestante en la Irlanda Católica, y huyó a Inglaterra en 1641 cuando comenzó la Revolución en Irlanda. Sirvió durante algún tiempo bajo Cromwell. En 1661, después de un período de depresión, creyó que Dios le había otorgado el poder para curar la tuberculosis. Cuando comenzó a tratar de curar el mal del rey, sus amigos y familiares estaban sorprendidos en descubrir que en realidad él tenía la capacidad para producir una regresión de la enfermedad. Ese logro asombroso, le guió para tratar con otras enfermedades como la epilepsia, parálisis, sordera, úlceras y diversos desórdenes nerviosos. Descubrió que su toque era tan efectivo en estos casos, como con la tuberculosis. Pronto se corrieron las noticias de su don especial y era buscado por multitudes de personas enfermas. Las masas que venían a él, eran tan grandes que no las podía acomodar aun cuando trabajara desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la noche. 


7º Los Cuáqueros (1640, Hasta El Presente) 
El origen de los cuáqueros es trazado desde el año 1640 con el puritanismo inglés. El primer líder fue George Fox, quien predicaba un mensaje de la Nueva Era del Espíritu. Ellos recibieron oposición tanto de parte de los puritanos como de los anglicanos. El servicio típico cuáquero se caracterizaba por el esperar de los congregados para que el Espíritu hablara a través de ellos y por la “sacudida” que recibían a medida que Dios se movía entre ellos. Los siguientes son algunos extractos del Diario de Fox: “En el año 1648, mientras estaba sentado en el hogar de un amigo en Notinghamshire (ya que para este tiempo el poder de Dios había abierto los corazones de algunos para recibir la palabra de vida y la reconciliación), vi que había una tremenda grieta que pasaba por toda la tierra, y un gran humo iba a medida que la grieta se abría camino; después de la grieta, ocurría una gran sacudida. Esta era la tierra que había en los corazones de las personas, la cual tenía que ser sacudida antes de que la simiente de Dios fuera levantada de la tumba. Y así sucedía: pues el poder de Dios comenzó a sacudirlos y grandes servicios de adoración eran conducidos, de tal manera, que poderosas obras del Todopoderoso eran obradas entre los creyentes para el asombro tanto de las gentes como de los sacerdotes.” 


8º Los Jansenistas (cerca de 1731) 
“La expectación de milagros y otras señales sobrenaturales habían venido a ser casi una parte integral del punto de vista mundial del jansenismo para fines del siglo XVII”, escribió Robert Kreiser en su libro: Milagros, Convulsiones y Normas Eclesiásticas a Principios del Siglo XVIII en París. Uno de los milagros que él registró fue la cura de la sobrina de Blaise Pascal en Marzo de 1656. Margarita había estado sufriendo durante largo tiempo de una fístula lacrimal en la esquina de su ojo. Ella fue sanada por Jesús. El milagro fue respaldado por evidencia médica sustancial, el cual, causó una profunda impresión en el público.